"Me sentí mal, pero por no sentirme mal"
- Daniela Pérez
- Dec 27, 2023
- 2 min read
¿Por qué nos enseñan que abortar está mal?

Esta es de las primeras historias anónimas que publicaré.
Confirmo que detrás hay una mujer, que no siente lástima ni pesar por haber abortado.
Por pura prevención, muchas mujeres tenemos el privilegio de contar con métodos anticonceptivos cuando estamos en una relación (o cuando no lo estamos), pero hay que reconocer que cuando no se tiene sexo regularmente con un hombre, muchas aprovechamos para descansar y desintoxicar nuestro cuerpo de los granos en la cara, de los kilos de más y las migrañas ocasionadas por los efectos secundarios de pastillas, inyecciones, anillos u otros.
Así fue como quedó embarazada la protagonista de esta historia: en un break de píldoras, con un tipo con el que definitivamente no se iba a casar.
No hay ni una pizca de arrepentimiento en su cuerpo, porque está segura que no era el momento ni la persona con la que quería ser mamá.
Y tampoco es una desalmada, porque aunque sea la mujer "más pilota", como dice ella, con sus pensamientos y emociones; cuándo le pregunté por las semanas que tenía cuando abortó, me respondió con los ojos aguados: "lo bloqueé". Aún así la respuesta la tiene en algún lugar de su mente al que no quiere acceder, porque tiene claro que ya había pasado el tiempo suficiente de lograr terminar con el embarazo con pastillas o con un tratamiento sin anestesia.
Tuvo que someterse a un procedimiento médico, sentirse como rebaño de ovejas, subiéndose a un ascensor junto a otras 5 mujeres, -donde sobresalía el silencio y las miradas clavadas en el piso-, para ser guiadas por una enfermera, hasta donde les darían una pastilla que les causaría cólicos irresistibles después de 15 minutos y sangrado hasta el punto de tener que usar una toalla tamaño pañal.
Por turnos, las dormirían en una camilla hasta que terminaran con una vida que no estaban listas para que siguiera creciendo dentro de ellas.
Cuando ella salió del centro médico, muy bien ubicado y de buen renombre, llegó a su casa con un ‘secreto’ vestido de vergüenza, sobretodo porque:
"Sentía que tenía que estar triste, vuelta mierda, en la oscuridad y no. Me sentí mal, pero por no sentirme mal."
Con esa frase entendí por qué esta mujer no quiso revelar su nombre.
Señalar a una persona y cuestionarse sobre un tema que SOLO le concierne a ella, y que no merece las opiniones ni consejos de nadie más, todavía sigue siendo lo normal, sobre todo cuando nos han enseñado que abortar TIENE que sentirse mal. ¿Por qué no sentirse mal trayendo una persona al mundo cuando no se le puede dar una vida apropiada?
(Uy Daniela, que pregunta más controversial) Pues sí, incomoda: abramos más discusiones sanas sobre el aborto, debería estar bien.
Nota: En mi búsqueda por reflejar en una imagen esta historia sin cara, le pregunté a la protagonista que si tenía un objeto, prenda o algo que la hiciera recordar sobre el día de su aborto para poder ilustrarlo o fotografiarlo. Soltó una carcajada y me respondió:
"mis pastillas, las empiezo a tomar todos los martes".